El arquitecto Darío Mateo es uno de los creadores y coordinadores de las Luces de barrio del Huerto del Rey Moro en el Casco Antiguo. Este es un espacio gestionado por los vecinos desde hace 10 años. Donde querían hacer un parking hay un huerto a lo berlinés. Darío nos cuenta el origen de todas las ideas para iluminar este espacio por Navidad y cómo lo han construido de forma colaborativa entre los/as artesanos/as de Pasaje Mallol, los vecinos y vecinas del barrio y los alumnos/as de los colegios aledaños.
¿Qué tipo de iluminación queréis hacer?
Esta propuesta se hace en un sitio que de por sí, ya es idílico. Se le podría haber puesto iluminación puntual y ya habría quedado bien. Pero lo que hemos querido es poner en evidencia la unión entre ser humano y naturaleza. El Huerto del Rey Moro es un trozo de naturaleza insertado en la ciudad, no es del todo un jardín, no es del todo un huerto. Ese idilio es el que se quiere abordar de dos formas distintas. La primera es la de los farolillos de mano, donde la gente será quien ilumina, y la otra se basa en una iluminación con unas luces estáticas.
¿Cómo habéis conseguido esto?
Esto ha sido posible gracias a distintos talleres que se han realizado, todo con ayuda de la gente de la zona. Ha habido por ejemplo un taller con calabazas secas del tipo peregrino, con las cuales se han hecho lámparas y son parte de la instalación. Hay otros farolillos que se han vaciado en textil. Todo esto se ha encaminado a que todo lo que tenga que ver con las lámparas salga del propio huerto.
¿Cómo será el recorrido el día de la inauguración?
A cada persona se le dará un farolillo, unos actores guiarán al grupo por el huerto y de esta forma serán los visitantes quienes iluminen. No se va a tener una iluminación global que se instala, sino un encuentro de rincones que se encienden a medida que la gente pasa en un recorrido de aproximadamente 40 minutos.
Fdo.Recyclum